OCDE: guerra e inflación frenan la recuperación de la economía eslovaca tras la pandemia

La economía global, que parecía encaminarse hacia una recuperación fuerte aunque errática después de la pandemia, ahora sufre los efectos negativos de la guerra en Ucrania. Además del desastre humanitario, el conflicto militar también ha desencadenado una crisis económica que, junto con el aumento de la inflación y las repetidas interrupciones en la cadena de suministro exacerbadas por la política «cero COVID» de China, ha creado una situación que no se veía desde los años 70.
El fuerte aumento de los precios de la energía y de los alimentos no solo afectan a las personas de bajos ingresos, sino que también amenazan la seguridad alimentaria en las economías más pobres del mundo.

Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), se espera que el crecimiento del PIB mundial se desacelere drásticamente este año al 3% y mantenga un ritmo similar en 2023, por debajo de la recuperación esperada en diciembre pasado.
Se espera que el crecimiento sea significativamente más débil de lo esperado, especialmente en Europa, que está muy expuesta a las consecuencias de la guerra debido a las importaciones de energía y los flujos de refugiados. El aumento de los precios de las materias primas y las presiones inflacionarias están frenando los ingresos reales y la creación de nuevos puestos de trabajo. Las proyecciones de la OCDE muestran que la inflación ya alcanzó su punto máximo en los últimos 40 años en Alemania y el Reino Unido, así como en los Estados Unidos.
Se espera una reducción gradual de la presión sobre la cadena de suministro y los precios de las materias primas solo en 2023, pero la inflación seguirá siendo alta en muchas de las principales economías hasta finales de año.

La economía eslovaca también crecerá a un ritmo más lento de lo esperado, según las previsiones de la OCDE: +2,3% en 2022 y +3,4% en 2023. Este año, varios factores seguirán lastrando la recuperación económica del país: la alta inflación y la incertidumbre por la guerra en Ucrania, que seguirá teniendo efectos negativos en la demanda interna, mientras que las dificultades en la cadena de suministro industrial provocarán una reducción del volumen de las exportaciones. Se espera una recuperación parcial solo en 2023, gracias a fuertes inversiones financiadas por la UE y mayores exportaciones, pero los riesgos siguen vinculados a la guerra prolongada en Ucrania y las interrupciones en el suministro de energía, lo que tendría un fuerte impacto en el crecimiento económico y la inflación.

La OCDE espera que la inflación armonizada en Eslovaquia alcance su punto máximo este año (10,8%), mientras que en 2023 debería caer ligeramente hasta el 10,1%.
Por otro lado, las previsiones sobre la evolución de la tasa de paro parecen más positivas, que debería pasar del 6,8% registrado en 2021 al 6,7% este año y al 6,4% en 2023.
También se prevé que el déficit de las administraciones públicas disminuya del 6,2% del PIB registrado en 2021 al 4,5% del PIB en 2022 y al 2,4% en 2023.
Al mismo tiempo, se espera que la deuda pública disminuya del 63% del PIB registrado en 2021 al 62,7% este año y al 59,6% en 2023.

La OCDE recomienda que Eslovaquia tome medidas «temporales y específicas» para ayudar a las familias vulnerables a hacer frente a los altos precios de la energía y los alimentos, así como una mayor y más rápida inversión pública en proyectos relacionados con la energía para reducir la dependencia del petróleo y el gas rusos y, al mismo tiempo, apoyar la transición verde.
Finalmente, la OCDE acoge con satisfacción la reciente adopción del techo de gasto público para garantizar la sostenibilidad fiscal, dado el rápido envejecimiento de la población.

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Foto: OCDE (Fb)

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