Pellegrini en Rusia: proyectos económicos conjuntos, pero firme rechazo al revisionismo histórico

Cuatro días importantes para la política internacional eslovaca. El primer ministro Peter Pellegrini realizará una visita oficial de trabajo a Rusia del 4 al 7 de junio de 2019, por invitación del primer ministro Dmitry Medvedev. Durante la visita, Peter Pellegrini también se reunirá con el presidente ruso Vladimir Putin.
El 5 de junio Pellegrini y Medvedev mantendrán conversaciones en Moscú sobre las perspectivas de interacción en el ámbito comercial y económico con énfasis en proyectos conjuntos en el sector de la energía, incluida la energía nuclear, así como en la industria, infraestructura y en el ámbito de la cooperación cultural.
Pellegrini discutirá con los representantes rusos las prioridades estratégicas de Eslovaquia en el campo de la energía, principalmente el tránsito de gas a través del territorio eslovaco con respecto a la construcción de Nord Stream 2, y también el suministro de combustible a las centrales nucleares.
El viernes 7 de junio el primer ministro eslovaco, junto con el presidente Putin y otros líderes mundiales, participará en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo, una plataforma global fundada en 1997 con el fin de discutir temas económicos clave.
Uno de los asuntos que Pellegrini abordará con Putin es la propuesta legislativa que la Duma rusa debería discutir para legitimar la invasión de 1968 a Checoslovaquia. Una operación de revisionismo histórico que en los últimos días ha provocado la irritación de checos y eslovacos.
Hay determinados sectores rusos que aún defienden la invasión soviética. El 21 de noviembre de 2017, la página web de la televisión Zvezda, propiedad del Ministerio de Defensa de Rusia, publicó un artículo (posteriormente retirado) titulado «Checoslovaquia debe agradecer 1968 a la URSS». El autor, Leonid Maslovsky, argumenta que la intervención de las tropas del Pacto de Varsovia en Checoslovaquia el 21 de agosto de 1968 habría sido planeada para evitar un sangriento golpe de Estado y para estabilizar la situación política en el país.
En realidad, la llamada Operación Danubio puso fin a la “Primavera de Praga” (Prazské Jaro), un período de reformas económicas y políticas iniciado bajo el impulso del entonces líder del Partido Comunista checoslovaco, Alexander Dubcek, defensor del “socialismo con rostro humano” y de las libertades civiles.
La invasión de Checoslovaquia fue el primer acto de la Doctrina Brezhnev, encaminada a imponer la visión ortodoxa del comunismo del lider sovietico y sujetar con mano de hierro a todos los países de la órbita de Moscú.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de la Republica Checa argumenta que la invasión violó el derecho internacional y fue rechazada por la mayoría de los líderes checoslovacos y la mayoría de los ciudadanos.
Por su lado, el primer ministro de Eslovaquia ha afirmado que la propuesta rusa de otorgar el estatus de veteranos de guerra a los soldados rusos que participaron en la invasión «no contribuye a la confianza mutua y la buena cooperación entre las naciones».

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