En las últimas semanas, el flujo de refugiados ucranianos a Eslovaquia ha disminuido: hasta el momento han llegado más de 360.000 personas, es decir alrededor del 7% de los 5,3 millones de personas que han huido de Ucrania. La mayoría de los refugiados – 2,9 millones – viajaron a Polonia, mientras que 793.000 personas entraron en Rumanía, 502.000 en Hungría y 437.000 en Moldavia. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha revisado al alza el número de refugiados en los próximos meses: serán más de ocho millones, el doble de lo inicialmente previsto.
Según los datos del 16 monitoreo semanal realizado por el Instituto de Política Financiera (IFP) del Ministerio de Hacienda, hasta el momento más de 4.400 refugiados ucranianos han encontrado trabajo en Eslovaquia.
La mayoría de ellos son mujeres (85%) que trabajan en el sector de los servicios y en la industria, como ensambladoras y operadoras de máquinas y equipos de producción; 43 ucranianos trabajan en el sector de la educación, mientras que 23 personas han encontrado empleo en el sector de la salud. La mayoría de los puestos de trabajo se concentran en las principales ciudades del país, Bratislava, Trenčín, Trnava, Nitra y Košice.
Actualmente, más de 71.000 ucranianos han obtenido protección temporal en Eslovaquia.
La unidad central de crisis del gobierno está abordando los problemas más apremiantes relacionados con la llegada de refugiados ucranianos, principalmente alojamiento a largo plazo y suministro de alimentos. Un grupo interministerial especialmente creado se ocupa de la integración en la sociedad de los refugiados que decidan quedarse en Eslovaquia.
Muchos ucranianos están asistiendo a los cursos gratuitos de eslovaco que se han organizado en todo el país. A pesar de las marcadas similitudes entre ucraniano y eslovaco, existe una barrera idiomática que no permite una integración total. Además, algunos refugiados no tienen documentos que demuestren sus calificaciones o su experiencia laboral previa. Otros aún no han logrado matricular a sus hijos en las escuelas.
Aproximadamente la mitad de los ucranianos que buscan trabajo en Eslovaquia tienen un título universitario. Sin embargo, aceptan empleos menos calificados para obtener dinero rápidamente y no depender de las ayudas estatales. Por lo tanto, hay abogados que trabajan como limpiadores y profesores que han sido contratados como ayudantes de cocina; ejercen empleos que los eslovacos a menudo rechazan, según afirma la Confederación de Asociaciones de Empleadores Eslovacos (AZZZ).
Dada la actual escasez de trabajadores en todas las profesiones, muchos empleadores estarían a favor de la simplificación de los trámites burocráticos para la contratación de personas de terceros países, subraya Radovan Maxin, miembro de AZZZ. «Es necesario hacer que el mercado laboral eslovaco sea más atractivo para las personas altamente cualificadas que vienen del extranjero», asevera. El sector sanitario o informático, por ejemplo, sufren escasez de personal y el sistema escolar eslovaco no logra generar un número adecuado de candidatos. Esto supone una seria desventaja competitiva a medio y largo plazo para Eslovaquia a nivel global, advierte Maxin. “Creemos que, a pesar de las circunstancias complicadas, la situación que se ha presentado será una nueva oportunidad para el mercado laboral eslovaco”.
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Foto: ekenamillwork CC0
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