No habrá las tarjetas sanitarias electrónicas, que debían ser presentadas el año pasado. Después de una larga serie de aplazamientos, el Ministerio de Salud ha decidido en su última reunión de abandonar el proyecto, cuyo costo asciende a 18 millones de euros.
Por el contrario, se presentó la propuesta de una tarjeta de identidad con un microchip para acceder a los datos de archivos clínicos electrónicos personales y como medio de identificación en los seguros de salud.
Las personas que no tienen una tarjeta de identidad electrónica pueden utilizar sus propios números de identificación personal hasta el final de 2021; además continuarán utilizando la tarjeta sanitaria en curso de validez en los consultorios médicos.
Además, los aseguradores de salud emitirán una tarjeta de seguro de salud «tradicional» sólo para los asegurados que no poseen documentos de identidad con microchips. La posibilidad de emitir una tarjeta sanitaria europea permanece invariable.
Todo el proceso de electrificación de la asistencia sanitaria se ha pospuesto varias veces. El Centro Nacional de Información de Salud (NCZI) debería haber comenzado a emitir tarjetas sanitarias electrónicas a partir de junio de 2017.
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Foto: Pixabay
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