El pasado martes 30 de junio, el convenio colectivo de los trabajadores de la acería estadounidense U. S. Steel Košice ha expirado sin que se haya logrado un acuerdo entre la empresa y los sindicatos para los próximos cuatro años.
Entonces, otra fumata negra después de 25 intentos de negociación. Por lo tanto, los sindicatos han decidido solicitar la intervención de un intermediario del Ministerio de Trabajo, Asuntos sociales y Familia para ayudar a suavizar las divergencias.
La compañía, por su parte, ha hecho saber a través de su portavoz, Jana Baca, que califica de «decepcionante» la decisión del sindicato; sin embargo, está lista para colaborar con el intermediario del Ministerio.
Aunque el convenio colectivo firmado en 2016 ya no ha está vigente desde el 1 de julio, U. S. Steel ha declarado que continuará cumpliendo con los compromisos en materia de remuneración asumidos hace cuatro años. No se esperan interrupciones en la producción, dijo la portavoz de la compañía.
La empresa matriz estadounidense todavía considera la planta eslovaca como una inversión estratégica y por eso tiene la intención de invertir hasta 1.500 millones de euros en los próximos diez años, especialmente para desarrollar una producción más respetuosa con el medio ambiente.
Sin embargo, la compañía tiene que lidiar con la situación cada vez más difícil del mercado del acero debido a los suministros competitivos de países como China, Rusia e India. El año pasado, la producción de acero disminuyó bruscamente, con la consiguiente caída en la facturación. Mientras en 2018 U. S. Steel obtuvo unas ganancias de 359 millones de euros, en 2019 sufrió pérdidas hasta 57 millones de euros.
El año pasado, la compañía estadounidense cerró uno de los tres altos hornos, introdujo la semana laboral corta y anunció 2.500 despidos para 2021.
En 2019, 1.400 trabajadores con más años de servicio dejaron su empleo a cambio de una compensación a tanto alzado acordada con los sindicatos.
U. S. Steel, que emplea a unas 11.000 personas, es el mayor empleador del país.
A mediados de junio, el jefe de la comisión parlamentaria de asuntos económicos Peter Kremský (OĽaNO) visitó la planta de producción de la acería, en el marco de una serie de visitas a las principales empresas del este de Eslovaquia. Kremský ha asegurado que el Gobierno está preparando algunos cambios legislativos que permitirán a las empresas que operan en Eslovaquia aumentar su competitividad y, al mismo tiempo, garantizarán mayor estabilidad laboral.
U.S. Steel, junto con Whirlpool y Embraco, han presentado solicitudes específicas al Gobierno: mayor flexibilidad en el código laboral, reducción del precio de la energía y racionalización de la burocracia. Estos se consideran como tres factores fundamentales para evitar el aumento de los costos de producción y el consiguiente incremento de los precios de los productos, así como la pérdida de competitividad de la producción eslovaca en comparación con la de otras plantas europeas.
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Foto: usske.sk
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