La Comisión Europea está elaborando un paquete de medidas contra la doble calidad de los alimentos en los países miembros de la UE que incluye una metodología común para evaluar la calidad de los alimentos y la unificación de los tests de evaluación. Así se desprende de un comunicado de prensa del Ministerio de Agricultura de la República Eslovaca.
Con la nueva reglamentación se prohíbe la práctica comercial desleal de la doble calidad de los alimentos, es decir los alimentos de la misma marca que a pesar de ser comercializados en empaques similares varían en composición, características nutricionales o tipo de aditivos utilizados dependiendo del país, siendo de peor calidad y además más caros. Por ejemplo, los productos congelados de la marca Iglo tienen en Eslovaquia y la República Checa un porcentaje inferior de pescado (50%) en comparación con los mismos productos vendidos en Alemania (63,8%).
Según palabras de la Comisaria de Justicia, Consumidores e Igualdad de Género de la Comisión Europea, Věra Jourová, la industria alimentaria ha estado engañando a los consumidores de los países de Europa del Este durante años con un autentico “apartheid alimentario”.
La nueva metodología común fue elaborada por el Centro Común de Investigación de la Comisión Europa con la colaboración de expertos de los países miembros de la Unión Europea, las organizaciones de consumidores, pequeños comerciantes y productores de alimentos, incluyendo la Administración Estatal Veterinaria y Alimentaria de la República Eslovaca. Mediante las pruebas comunitarias de calidad de los alimentos se evaluarán todas las diferencias entre los mismos alimentos vendidos bajo las mismas marcas en todos los países de la UE. Los resultados de dichas pruebas constituirán un elemento clave de la nueva directiva comunitaria que permitirá sancionar las prácticas comerciales desleales y multar a las compañías que las realicen.
Se trata del primer paso de un largo camino, puesto que los Estados miembros de mayor antigüedad han estado protegiendo ya durante mucho tiempo a los consumidores, mientras que en los nuevos Estados miembros el problema fue señalado solo en los últimos años. Además, será necesario enfrentar el debate en el Parlamento Europeo y el Consejo de Ministros con negociaciones entre los Estados miembros.
Gracias a la nueva reglamentación, las agencias supervisoras podrán tener un instrumento legislativo claro que les permita entrar en acción y garantizar los derechos de todos los consumidores europeos. Las autoridades de cada país miembro podrán evaluar las denuncias sobre la doble calidad en los alimentos, multando a las empresas que lleven a cabo dicha práctica. Las sanciones variarán dependiendo de la facturación de la empresa.
El objetivo principal de las medidas tomadas es alcanzar un mercado único más justo que pueda beneficiar por igual a consumidores y empresas. La Organización Europea de Consumidores (BEUC) que representa a las organizaciones de consumidores nacionales independientes, expresó su satisfacción por las medidas, pero planteó cuestiones como la posibilidad de un plan de compensación colectiva en toda la UE y el riesgo de que las industrias puedan utilizar trucos para eludir la legislación.
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Foto: Pixabay CC0
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