Durante al menos tres años, Venezuela está agotado por la crisis política y social y la recesión económica. El presidente Nicolás Maduro dio el golpe de gracia a una situación ya dramática, marcada por la inflación prevista a 1.660% el próximo año, por una muy alta tasa de desempleo y la falta de alimentos y medicinas.
La oposición ha acusado a Maduro, considerándolo responsable de la desastrosa y paradójica situación económica de un país rico en recursos petroleros y minerales en el que la gente se muere de hambre y no tiene medicinas para recibir tratamiento.
Para destituir al presidente sirve una modificación de la Constitución: los partidos de la oposición liderados por Henrique Capriles pidieron un referéndum sobre este tema, pero hace 15 días Maduro ha bloqueado la recogida de firmas.
El gobierno está ahora en minoría en el país, después de la aplastante victoria electoral de la oposición el año pasado. El presidente, por temor de su propria derrota en las urnas, ha suspendido todas las próximas elecciones hasta finales de 2017.
Entonces, un profundo desgarro interno: tanto la oposición como el gobierno incitan a la protesta popular y hablan de violación de la Constitución y de golpe.
El parlamento venezolano ha decidido suspender el procedimiento de destitución del Presidente, a la espera de la mediación del Vaticano. El Papa Francisco ha enviado de hecho a Caracas el arzobispo Claudio Maria Celli, un diplomático experto en las relaciones internacionales. Celli tiene la tarea de comprobar si existen posibilidades concretas de un acuerdo entre el gobierno y la oposición.
Las negociaciones del 11 de noviembre, que se celebrarán con la presencia del Secretario de Estado de EEUU para Asuntos Políticos, Tom Shannon, será la última oportunidad para encontrar una solución pacífica. Luego la gente salirá a la calle.
Pero, ¿qué hay detrás de la dramática crisis de Venezuela?
Nicolás Maduro fue elegido presidente con la promesa de continuar las políticas socialistas de Chávez, es decir usar la riqueza petrolera de Venezuela para reducir la desigualdad social y abordar el problema de la pobreza generalizada.
La caída de los precios del petróleo se ha traducido en daños muy graves a la economía venezolana, ya que la venta de petróleo crudo representa el 95% de las ganancias de las exportaciones. Debido a la falta de ingresos el gobierno ha reducido significativamente sus programas sociales.
De ahí las acusaciones de mala gestión de la economía presentadas por los opositores. El gobierno – dicen – habría tenido que ahorrar dinero cuando los precios del petróleo todavía estaban elevados.
A su vez, los chavistas, los partidarios de Maduro, acusan a la oposición de estar en el sueldo de Estados Unidos, explotando a los venezolanos para su propio beneficio personal.
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Foto: Pixabay
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